Y mi santo, que es un santo, me pregunta que cómo puede ser que pase horas pegada a la tele viendo series americanas de instituto, y sus versiones en película, etc...
Me ayuda a evadirme, pero no me justifico. Porque me encanta, y no me avergüenza reconocerlo.
Sin embargo el panorama que me rodea me preocupa, ya que paso mis tardes rodeada de escolares. Las quinceañeras ya no quieren tener 15 años nunca mas.
Y no me escandalizo, que no es el asunto como para hacer el "paripé", que todas hemos querido ser mayores, y parece que determinadas edades están hechas para desear que pasen lo más rápido posible.
Me sorprende ver que los niños cada vez quieren ser mas mayores y lo más rápido posible. Y me pregunto si es una actitud que se fomenta en casa, en el colegio, si es la propia sociedad... Y me lo pregunto no por buscar un colectivo al que señalar como culpable, sino porque reflexiono sobre infancias perdidas, robadas, añoradas.
Porque yo hay días en los que parece que tengo 15 años otra vez.